lunes, 13 de septiembre de 2010

Sentar cabeza

Cuanto más fácil es lograr un objetivo cuando se tiene claro a donde se quiere llegar. Muchas veces uno recurre a mil cambios sin lograr llegar a donde quiere, porque realmente no sabe, o porque camufla el verdadero objetivo. Para ser más clara voy a citar al club que cité tantas veces y que citaré incansablemente: Independiente de Avellaneda. En la entrada anterior comenté la presencia de una especie de “intrusos en el espectáculo” y hoy más que nunca afirmo que no fue una visita transitoria, sino que Rial y compañía parecen haberse instalado en el Libertadores de América, Villa Domínico y Mitre al 470. Es que internamente se priorizan mucho más los intereses propios que el bien del club, de los hinchas, del equipo y es por eso que se conocen mucho más las “peleas” que involucran manager-presidente-técnico-ex técnico que lo que realmente pasa con el equipo, el trabajo que debe realizarse, el “proyecto” (palabra a esta altura quemadísima en el ámbito del fútbol) que debe empezar de una vez por todas para sumar, para empezar a jugar a algo, para volver a ser el Independiente que todos queremos ver, y empezar a jugar a la pelota, dejar de parecernos a equipos chicos que ni siquiera pueden defender la categoría. Comparo entonces esta situación a la vida de cualquiera, uno para llegar a algo, para superarse, para conseguir logros debe tener en claro sus objetivos y perseguirlos a muerte, por eso el título “Sentar cabeza” porque creo que al buscar algo en particular, hay cosas que deben dejarse de lado.

Atentamente: una mujer que sentó cabeza