lunes, 31 de enero de 2011

El todo es más que la suma de las partes


Solemos creernos protagonistas de cosas o situaciones en las cuales sólo ocupamos un lugar más, quizá no insignificante, pero tampoco protagónico. Pensarnos el ombligo del mundo es el error de muchos, sostener que toda situación, que por algún motivo nos involucre, gira alrededor nuestro, también lo es. Tenemos que separarnos, mirarlo desde afuera y ver el lugar que realmente ocupamos, darnos cuenta que somos una de las partes que forman aquel todo.
Para aclararlo en términos futbolísticos voy a citar al último campéon del fútbol argentino, al muchas veces criticado por su juego, al Estudiantes de La Plata, de Sabella y, por sobre todo, de Juan Sebastián Verón. Muchos estarán de acuerdo en referirse a aquel equipo como el “antifútbol” o criticar al técnico por armar una línea de 5 en el fondo, por no tener delanteros natos. Algunos otros elogiarán la forma en que este equipo salió adelante y pudo estar en la cima justamente con aquella línea de 5 y aquel o aquellos delanteros faltantes, elogiarán también la forma de llegar de los volantes, la defensa del equipo entero. Pero si de algo estoy segura es de que todos deben y debemos estar de acuerdo en que aquel equipo fue un todo formado por varias partes.
Creo que este ejemplo podríamos tomarlo para muchos aspectos de nuestra vida diaria, para poder entender cual es el lugar que nos corresponde, no el de tapar aquel que está faltando sino el de cumplir lo más parecido a la perfección el que nos toca, y saber por sobre todo, que somos una parte, que sumada a muchas otras partes conformamos un todo, el cual a su vez es mucho más importante que aquella suma.

Atentamente: una mujer que forma parte de un gran todo

sábado, 1 de enero de 2011

2010 en balanza

Tengo que poner tantas cosas en esta balanza que lo primero que intento es enumerarlas para no olvidarme de ninguna.
2010, un año que empezó con expectativa de cambio, con la adversidad de lo desconocido, con la emoción de lo nuevo, con la nostalgia de tantas cosas que quedaban atrás, de tanto presente que empezaba a ser pasado, que se guardaba como lo mejor de mis recuerdos y daba paso a cosas que hasta el momento no podía ni imaginar.
El verano fue una especie de cuenta regresiva en el que pasaron un viaje a la costa, tardes llenas de lago, sol, montaña, mates y amigos, pelo pincho con mis hermanos, asados con mi familia. Pasó, y sin decir nada, se llevó mis últimos meses en SMA.
Creo que sólo una persona del interior entiende la “aventura” que significa irse a vivir a la jungla de cemento. Para resumirlo y hacerlo gráfico: yo no entendía para que lado me tenía que tomar los colectivos; estaba acostumbrada a subirme, saludar al colectivero y pagarle en la mano, no sabía como usar la máquina rara de las monedas; el subte y el tren eran dos desconocidos, y ni hablar de los semáforos. De Capital conocía poco y nada porque mi familia bonaerense vive en el Oeste y en el Sur del Gran Buenos Aires. Pero todas esas trabas las fui pateando de mi camino casi sin darme cuenta, y asi, agarré la amada e idolatrada Guía T y empecé a entender los colectivos, y así también, me hice amiga del tren y el subte y me subí para encaminar mi vida con mis propias decisiones, con un estilo que a partir de ese momento lo elegía yo y nadie más, obviamente siempre con el apoyo incondicional de mi familia.
Mi balance es, con seguridad, positivo, y eso se lo tengo que agradecer a todos los que estuvieron conmigo este año. A los de siempre, que a pesar de la distancia siempre los tuve al lado. A mis amigas, que no dejamos que la ciudad nos pase por encima y nos separe sino que hicimos que nuestra amistad prevalezca ante todo. A mi familia de BsAs, que saben bien quienes son, que aprovecharon la nueva cercanía para hacerme saber cuanto me quieren y las excelentes personas que son. A mi novio, por enseñarme, entre tantas cosas, que existen las segundas oportunidades. A las buenas personas que conocí este año y me ayudaron para que todo sea más leve, seguramente sin darse cuenta, desde mis compañeros de Deportea, hasta los de la radio, pasando por amigos de amigos o conocidos de conocidos.
Así que te despido 2010, te voy a guardar como un año muy importante en mi vida, fuiste bueno pero obviamente espero que el 2011 sea mucho mejor.

FELÍZ AÑO NUEVO PARA TODOS!

Atentamente: una mujer con muchas expectativas hacia lo que se viene