viernes, 10 de diciembre de 2010

FELICIDADES CAMPEÓN!


Escribo porque de hablar me voy olvidando por unos días, dejé la garganta en Avellaneda.
¿Cómo explicar lo que es inexplicable? ¿Cómo poner en palabras lo que sólo se siente con el corazón? Desde el medio día me venía cruzando con hinchas de Independiente por todo Buenos Aires cuando volvía de La Plata para Capital, eso hizo que mi ansiedad crezca hasta un punto extremo, que llegue a casa casi corriendo, que me choque con todo mientras me cambiaba rapidísimo y que salga de nuevo corriendo en busca de la parada del colectivo que me llevaría al lugar donde más quería estar en ese momento: el estadio Libertadores de América.
Y ahora es cuando el relato se complica, porque las cosas que uno siente en esos momentos son las que resultan más fuertes y más difíciles de explicar, de contar, pareciera como si las palabras no alcanzaran nunca, como si cualquier explicación se quedara corta.
UNA FINAL. Podría decirse que en esas dos palabras entraba todo lo que significaba para el hincha de Independiente aquella noche. Conseguir no sólo la Copa que faltaba, conseguir no sólo la Copa número 16, sino conseguir que el orgullo vuelva de a poco a todos los hinchas, que el club empiece a recordar realmente su identidad y que esto pueda ser un trampolín hacia cosas mucho más grandes.
En la popular, el ambiente era el esperado, personas de TODAS las edades. Me llamó poderosamente la atención la cantidad de nenes chiquititos que había, pero me dejó de llamar la atención cuando se terminó todo y entendí que lo que estaban haciendo ellos ahí, como cualquiera de nosotros, era formaron parte, aunque sea un poquito, de la historia. El piso que se movía debajo de mis pies por los saltos, las canciones infinitas, las gargantas que se rompieron con cada gol, la desilusión con el descuento, los nervios del alargue y la desesperación a la hora de los penales…definitivamente la peor instancia para definir un partido, sobre todo una final, es la de los penales..
Y ahora peor, como explicar lo que viene ahora..el desahogo de todos cuando Tuzzio reventó el arco, cuando el 5to penal ya estaba adentro.. las lágrimas saltaron sin previo aviso de todos los ojos, las gargantas mágicamente retomaron fuerzas para romperse de nuevo al grito de “Dale Campeón”, toda la cancha se hundió en un enorme abrazo. Festejos en la cancha, festejos en la Sur Baja y Alta, Norte Baja y Alta, Erico Alta y Baja, Gargantas del Diablo, Belgrano y Alsina, Mitre y Alsina, Mitre 470, Avellaneda completa, Obelisco, me llegó un comentario de que hasta el centro de San Martín de los Andes tuvo festejo copero.. ¿Cómo decirlo? ¿Cómo resumirlo? No importa, no importa nada, ¿vuelve la mística? Ojalá, por los hinchas, por los jugadores, por el pueblo rojo que lo reclama! FELICIDADES CAMPEÓN!


Atentamente: una mujer orgullosa de haber vivido una partecita de la enorme historia de su querido club