lunes, 2 de abril de 2012

Un sábado bohemio

Según la Real Academia Española, un equipo es un "grupo de personas organizado para una investigación o servicio determinado". Apuntando a lo deportivo aclara que es "cada uno de los grupos que se disputan el triunfo". A su vez, define grupo como la "pluralidad de seres o cosas que forman un conjunto, material o mentalmente considerado". A mi parecer, estos términos fríos, carentes de sentido emocional, están muy lejos de representar lo que es el grupo humano que conforma el equipo de Atlanta Balonmano.


El amistoso disputado por todas las categorías de mujeres este sábado 31 de marzo fue el reflejo de lo que se vive en las instalaciones bohemias todas las semanas desde hace ya 7 meses. Sí, para los que lo ven de afuera 7 meses puede ser poco tiempo, pero para los que tenemos el privilegio de vivirlo desde adentro sabemos lo que significan estos 7 meses de trabajo y progreso, como también sabemos todo el camino que nos falta recorrer.
El sol de la mañana fue el primer indicio de que la jornada iba a tener todos los condimentos. Cada uno sabía de qué parte se tenía que encargar, qué tenía que llevar para el buffete y a qué hora le tocaba jugar.
Ya a las 10 de la mañana el club era un desfile de jugadoras de todas las categorías, las familias listas para alentar, los varones que a pesar de no jugar fueron a hacer el aguante y en seguida se acomodaron en el buffete. Como ya es de costumbre el mate, con sus cebadoras oficiales, no faltó nunca. Enseguida se armó el cartel con la lista de precios y la número 2, la gran protagonista, empezó a girar.
Oscar y Juan Martín se alternaron en el banco el buzo de entrenador según que categoría disputaba el partido. Las más grandes aconsejaron sin parar a las más chicas y los nervios se veían en las ansiosas caras de todas las jugadoras.
“Es sólo una amistoso” se animarían a decir algunos, sin saber lo que cada partido, cada amistoso, significa para este equipo. Desde el entrenamiento anterior los saludos de despedida iban acompañados de un "la que haga algo que se acueste temprano", "cuídense", "mañana todas a las 10 acá". El compromiso es pleno, no importa si es "sólo" un amistoso.


Y acá es cuando los sentimientos se meten en las palabras, las llenan, las superan. Las junior entraron en calor arengadas por las de primera. Los varones crearon una especie de hinchada y los cantos de aliento se escuchaban cada vez más fuerte. Las más chicas se quedaron hasta cualquier hora para ver a las más grandes. Y el partido en sí fue mucho mejor que los disputados hasta ahora. Como diría Oscar "el resultado no importa" y, dejando mi personalidad competitiva de lado, le doy toda la razón. El sentimiento, la gratitud de compartir este juego con este grupo es impagable. La gente de handball de Atlanta le da, a mi entender, sentido verdadero estas dos palabras tan usadas por ser un grupo de personas comprometidas con crear un equipo que vaya para adelante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario